Texto del mensaje del Maestro Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, con motivo de Día de la Educadora y el Educador
Ciudad de México, 21 de abril de 2024
Mensaje del Maestro Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, con motivo de Día de la Educadora y el Educador
Apreciadas educadoras y estimados educadores
Distinguidas maestras y maestros de Educación Inicial y Preescolar
En esta fecha memorable, que la sociedad mexicana y la comunidad educativa nacional elegimos para homenajear a las y los educadores, me siento muy honrado por tener la oportunidad de expresar mi más sincera felicitación y enviar un emotivo abrazo a quienes con impecable profesionalismo y vocación dedican su vida a formar a los seres humanos que van a cambiar el mundo.
Por estas razones, para el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación celebrar el Día de la Educadora es uno de los acontecimientos más luminosos de nuestro calendario cívico.
Lo es, porque como escribió la maestra Estefanía Castañeda, la misión fundamental de las y los educadores es despertar en la infancia la curiosidad por conocer el entorno que los rodea.
Lo es, porque nos brinda la posibilidad de encomiar a las maestras y maestros de Educación Inicial y Preescolar, quienes, con ingenio, entusiasmo, encanto, finura y creatividad, prodigan un profundo cariño y afecto a los pequeños que las madres y padres de familia les confían.
Además, por su identidad sindical, reciban un justo y merecido reconocimiento por educar a la infancia mexicana en el arte del bien vivir, por generar ambientes de aprendizaje agradables, que le permiten desarrollar sus facultades y destrezas afectivas, motoras, cognitivas, artísticas, lingüísticas y sociales.
Tengan la certeza de que el tiempo jamás podrá borrar el grato recuerdo de la educadora que con vocación enseña a cantar, bailar y marchar; a pintar y realizar infinidad de actividades que modelan el conocimiento, la actitud y aptitud de nuestros pequeños frente a la vida.
Precisamente, por sus enormes contribuciones, es fundamental que redoblemos los esfuerzos hasta lograr el efectivo reconocimiento de las y los educadores como profesionales, hasta alcanzar la efectiva dignificación de sus condiciones laborales, económicas, sociales y de vida, pues con su quehacer diario se lo han ganado a pulso.
Amigas y amigos educadores:
Con su ejemplo, nuestra organización sindical refrenda su compromiso con las instituciones republicanas y con el derecho humano a la educación, fortaleciéndola como un bien público y patrimonio irrenunciable del pueblo de México.
Para el SNTE es un orgullo que estén todos los días en todo el territorio nacional, ayudando a formar ciudadanos críticos, reflexivos, participativos y exigentes; resueltos a ponerse al servicio del progreso, el bienestar, la justicia, la libertad y la democracia.
¡Muchas, muchísimas felicidades!