“No dejaremos de alzar la voz hasta que cada acuerdo minutado se respete y cada injusticia se repare.”
Con esta frase contundente, la Mtra. Elizabeth Bibiana Guerrero Milán, secretaria general de la Sección 52 del SNTE, puso el tono de una jornada histórica que llenó de fuerza, convicción y unidad las calles de San Luis Potosí.
Desde las primeras horas del día, las y los trabajadores de la educación comenzaron a concentrarse en la sede sindical ubicada en Tomasa Estévez 403. Uno a uno fueron integrándose los contingentes provenientes de las distintas regiones del estado: rostros decididos, pasos firmes y una convicción compartida de que la lucha por los derechos laborales no se detiene.
Alrededor de las 9:00 a.m., el gran contingente inició su recorrido por la avenida Venustiano Carranza, avanzando con orden y energía hasta llegar a la Plaza de los Fundadores, donde ya se sentía la fuerza del magisterio potosino. Las consignas, pancartas y aplausos convirtieron el trayecto en una expresión de dignidad y exigencia colectiva.
En el corazón del acto, nuestra secretaria general tomó el micrófono y se dirigió a los miles de agremiados que respondieron al llamado. Denunció la falta de cumplimiento a compromisos por parte del Gobierno del Estado, y dejó claro que la Sección 52 no bajará la voz ni cruzará los brazos mientras persistan los pendientes que vulneran a sus trabajadores.
A su lado estuvieron el secretario general de la Sección 26, Juan Carlos Bárcenas Ramírez; el representante del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE en la Sección 52, Juan Manuel Armendáriz Rangel; y el profesor Manuel Arellano Méndez, quien asistió en representación del Mtro. Alfonso Cepeda Salas, secretario general del SNTE. Además, se contó con la presencia de exsecretarios generales de las Secciones 26 y 52, símbolo de una lucha que trasciende generaciones.
El mensaje fue claro: el magisterio exige con respeto, pero con firmeza; enseña con pasión, pero también lucha con dignidad.
“La educación se defiende enseñando, pero también exigiendo”, afirmó Guerrero Milán, arrancando el aplauso cerrado de un gremio que se sabe vital, organizado y determinado.
Con cada paso, con cada consigna, la Sección 52 volvió a dejar claro que el sindicalismo está vivo, que la unidad no es consigna vacía y que el futuro de la educación también se construye en las calles, hombro con hombro, voz con voz.
Porque uno somos todos, y todos somos uno.