A 22 años del fallecimiento del Prof. Juan Miranda Uresti, la Sección 26 del SNTE conmemora un aniversario más de su muerte.
En esta ocasión con la develación de una escultura del dirigente, colocada en el vestíbulo del Centro Educativo y Cultural de la Sección.
Durante el homenaje, el Profesor Angelino Caamal Mena, Delegado Especial en al Sección 26, recordó las virtudes que como líder tuvo Juan Miranda, su visión de futuro, sus intensas jornadas de trabajo para atender a los agremiados y su compromiso con la defensa de los derechos laborales de los trabajadores, su capacidad para encabezar responsablemente las causas justas del magisterio potosino, alcanzando logros que hasta la fecha benefician al gremio magisterial.
Hizo mención de la similitud con que el Profesor Alejo Rivera Ávila y Juan Miranda Uresti se entregaron a la labor sindical, recalcando que la mejor manera de honrarles es actuar responsablemente como dirigentes de esta sección sindical.
La Maestra María del Rayo Nuñez Pérez en representación del Ing. Joel Ramírez Díaz, Secretario de Educación, señaló la labor desarrollada por el Prof. Miranda, identificándolo como un hombre comprometido con la educación, por sus logros obtenidos a favor de los docentes, describiéndolo como un referente por su forma de trabajo e impulsor de la democracia sindical.
Asistieron en representación de la familia Miranda Uresti, la C. Juana María Elena Miranda Uresti y la C. Norma Guadalupe Miranda Uresti, hermanas del homenajeado.
Antes, por la mañana, desde el cementerio donde descansan los restos del extinto líder, se llevó a cabo una celebración de la palabra y colocación de la ofrenda floral que año con año, desde su partida, la Secretaría de Organización IV y la dirigencia municipal de Rioverde, S.L.P., depositan en honor y reconocimiento a la memoria de quien ha sido reconocido como uno de los mejores Secretarios Generales que ha tenido la Sección 26.
En ese lugar su hija, la Profa. Miriam Guadalupe Miranda Martínez, en nombre de la familia agradeció este homenaje y el que a 22 años se siga recordando a su padre.